“división
del trabajo en Brasil ”
Consiste en dividir un proceso productivo en
cada una de las operaciones que lo componen, de modo que cada una de ellas sea
efectuada por un solo trabajador.
Cada trabajador se transforma así
en un experto en una o en pocas operaciones de un proceso productivo más
amplio, alcanzando su máxima eficiencia
y eliminando el tiempo que requiere el desplazamiento de una
operación a otra.
Es la disociación de las labores productivas,
de manera que cada trabajador se dedique siempre a la misma tarea y no al
conjunto de labores requeridas por la sociedad
El primer autor en tratar este concepto fue platón, y el primero en mostrar las
bondades de su aplicación para el desarrollo de una nación fue Adam Smith.
El 18 de Mayo de 1976 Se llama
división del trabajo, a la separación de las operaciones productoras. Merced a
esta división cada obrero se ocupa siempre de la misma clase de operaciones, y
entre todos los obreros de una fábrica se alcanza un resultado común por la
reunión.
Es el proceso de división en el trabajo en
Brasil, era la fuente interna para el acero para construir el
Brasil de los rascacielos, naves de la fábrica, y los puentes más importantes,
y para la fabricación de armamento en el país, la pesada maquinaria, y (por lo
menos el plan) automóviles. El Estado brasileño se había comprometido para
mucho capital real y político para la construcción de la CSN en la década de
1940 que el éxito de la compañía se convirtió tanto en un fiscal y un
imperativo político. El CSN oficial
(Nacionalista) la historia se presenta como un
éxito rotundo y un ejemplo de las la cooperación, pero el registro documental
indica que a finales de 1950 y comienzos de 1960 poder de los trabajadores
fueron testigos de un aumento e intensificación del conflicto en las relaciones
laborales que se resolvió a menudo en el favor de los trabajadores. Esta historia se aparta considerablemente de lo genera la historia del
trabajo en Brasil en esos años y que parecen exigir una industria específica su
su explicación
La división del trabajo sincrónico, impuesta por las características
técnicas de la proceso de producción, por lo tanto, presentan el mayor desafío
para la organización de trabajar. Gestión con el objetivo de equilibrar la
oferta de productos intermedios, insumos de unidades de apoyo y servicios con
la demanda en los departamentos de consumo con el fin de producen cerca de la
capacidad de la máquina a lo largo de toda la planta. Una desaceleración
en uno, técnicamente departamento estratégico podría afectar a otros
departamentos, incluso inducir a un efecto dominó de la escasez en toda la
planta, y con ello minar una más completa utilización de las capacidades de
producción.
La intensificación de la participación de Brasil en la división
internacional del trabajo implica la presencia cada vez mayor de los
agentes de la economía globalizada y de sus actividades modernas en las grandes
metrópolis del país, sobre todo en São Paulo, que se destaca en el escenario internacional
como una de las llamadas ciudades “globales”. No obstante, las
metrópolis acogen también un enorme abanico de actividades realizadas por la
población pobre. Por tanto, estas metrópolis contienen diferentes divisiones
del trabajo que coexisten y pueden analizarse como circuitos de la economía
urbana (Santos, 1978).
Estas divisiones del trabajo pueden analizarse como
circuitos de la
economía urbana (Santos 1978) que
procuran interpretar la economía urbana de los países subdesarrollados.
La segmentación presente en
la sociedad urbana, en relación con las posibilidades de
satisfacción de las necesidades, crea diferencias cuantitativas y cualitativas
en el consumo, que
a su vez son la causa y el efecto de la existencia de
diferentes circuitos de producción, de distribución y consumo en las ciudades
de esos países.
Los circuitos de la economía urbana pueden verse como subsiste-mas del sistema urbano, en el cual se
integran todas las formas
de trabajo. Tienen el mismo Origen, si bien comprenden
resultados directos e indirectos de la modernización. Como expresión de los
niveles presentes en las ciudades de los países más pobres, constituyen una
imagen de la división del trabajo.
La presencia de grandes grupos extranjeros en territorio
brasileño, en especial
los relacionados con la producción de información y con las finanzas,
potencializa la fuerza
del circuito superior
en el país. No obstante, las nuevas modalidades del
llamado sector cuaternario, concentrado en las grandes
metrópolis y consecuencia de la creciente
internacionalización de la economía, también son la causa de
la disminución de cierto número de empleos, ya que re-quieren cada vez
menos mano de obra nacional.
La metrópoli de São
Paulo comprende un punto de observación privilegiado para el
estudio del circuito inferior, tanto en función de la gran diversidad de divisiones del trabajo como en función del abanico de
actividades económicas que alberga. En efecto, São Paulo reúne diversos
vectores que se entrelazan en un espacio común, aunque presenten distintos
fines.
En las dos últimas décadas, el
mercado de trabajo brasileño ha experimentado un proceso de creciente
desorganización institucional y de aumento de la inseguridad laboral
(Cacciamali 2004, 2). Esta situación se deriva de la adopción de una política
económica más expuesta al mercado internacional y pautado por el privilegio del
campo monetario, lo cual crea un contexto en el que se reducen las
posibilidades de formulación de una política económica centrada en la
generación de empleos y la distribución de renta.